| Por Nicolás Samuilov en Ringside | |
El argentino Omar “El Huracán” Narváez se impuso ampliamente sobre el puertorriqueño César “Junito” Seda Jr. , por puntos, en fallo unánime, tras doce asaltos, y así defendió con éxito por segunda ocasión su título mundial súper mosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), en el combate estelar de la velada desarrollada en la noche del sábado en el estadio Osvaldo Casanova, del club Estudiantes de Bahía Blanca, de la ciudad de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, Argentina.
Tras un comienzo desfavorable, donde el retador dominó las distancias y castigó con su punzante cross zurdo al rostro y al cuerpo, sumado a contundentes ganchos con derecha e izquierda apenas sobre la cintura, el campeón comenzó tomarle los tiempos, para hacerse de los espacios a partir del tercer capítulo. Desde allí, amparado en sus característicos movimientos de cintura, sacó a relucir parte de su repertorio, para conectar reiteradamente de contragolpe con una veloz izquierda boleada y cruzada al rostro que brillaba por su precisión, para ir edificando una considerable ventaja. Con el correr de los minutos, el castigo de Narváez se tornó cada vez mayor, mientras el joven puertorriqueño fallaba cada vez más sus embates. Y a partir del quinto, el combate ya había caído en un quiebre. El local, comoda y seguro, se transformó en dueño de las acciones y sometió a placer a su rival. A sus siempre precisas izquierdas boleadas y cruzadas al rostro -pesadilla para el visitante-, se sumaron sus ganchos al cuerpo y a la mandíbula, más sus rectos y ascendentes de izquierda y derecha en la corta distancia. Dando el paso al frente, “El Huracán” atacó y, por momentos, arrasó a un más que digno oponente, pero que ya no estaba en pelea. Tal es así que en más de una oportunidad, llegó a tenerlo sentido. Y a pesar de haber regulado en la vuelta final, donde el boricua salió a buscar el golpe salvador -e impactó varios, ganando el segmento-, el triunfo del chubutense jamás estuvo en dudas.
Las tarjetas de los jueces expresaron en números la diferencia exhibida, al decretar: Levi Martínez (Estados Unidos) 117-110, Luis Doffi (Argentina) 117-110, y Donald Trella (Estados Unidos) 115-112, todas en favor del argentino. Para NotiFight.com, la victoria de Narváez fue de 117-110. Cabe remarcar que en el quinto episodio, Seda sufrió el correcto descuento de un punto por parte del árbitro, el estadounidense Raúl Caiz Jr., producto de un golpe bajo.
El comienzo mostró a un Seda más preciso, que dominó las distancias y combinó correctamente con dureza sus golpes al rostro y al cuerpo de un campeón que no lograba encontrarlo. La punzante izquierda cruzada al rostro dijo presente en el primero, llegando al mentón. Si bien el patagónico intentó responder con su cross zurdo arriba, la claridad y profundidad estaban del lado visitante, que además soltaba su jab diestro a la mandíbula, mientras salía hacia el costado.
En el segundo la supremacía de “Junito” se hizo aún más notoria. Dueño momentáneo de las distancias, penetró la guardia con su potente cross zurdo al mentón, y arremetió con dureza con dos certeros ganchos apenas sobre el cinturón, a pesar de la queja del público. Si bien más tarde fue advertido por el árbitro, tras ello volvió al frente y llegó con su derecha cruzada abajo.
Con la idea de mantenerlo alejado con su jab diestro, el puertorriqueño salió en el tercero, aunque rápidamente sufrió un cross zurdo en la mejilla y otro derecho a la mandíbula. Si bien no revestían gran potencia, comenzaba a mermar en la precisión del isleño. No obstante, se las ingenió para conectar nuevamente dos duros ganchos sobre el cinturón. Pero cuando parecía que el local no lo encontraba, sacó un repentino contragolpe combinando su derecha y una profunda izquierda cruzadas que le valieron la vuelta.
En el siguiente, el chubutense inició decididamente su camino hacia la recuperación. Agachándose, lanzó un perfecto boleado derecho a la cabeza. Tras ello, repitió pero en forma de cross diestro al mentón, dejando en claro que ya estaba encontrando su distancia. Con el retador avanzando, volvió a anticiparlo con su izquierda cruzada a la mandíbula por duplicado. Mientras el juanadino erraba, Narváez se agachaba nuevamente para acertar ese izquierda, mezcla de boleado y cruzado, a la mejilla.
La misma estrategia se repitió en el quinto, aunque ahora llegando con su gancho diestro a las costillas. A pesar de haberse cruzado con sendas derechas curvas al cuerpo, era el argentino quien sacaba mayor rédito. Tras una advertencia del árbitro al retador debido a un golpe algo bajo, “El Huracán” acertó un contundente ascendente zurdo al pómulo, exhibiendo la creciente incomodidad de su adversario. Por ello, no sorprendió que segundos más tarde, Seda recibiera el correcto punto de descuento por parte de Caiz Jr., fruto de un nuevo y muy notorio golpe bajo.
La experiencia y el oficio del campeón se hicieron sentir aún más en el sexto. Cada vez que se inclinaba hacia la derecha, castigaba a su rival con su izquierda boleada a la mejilla. Mientras Seda fallaba, Narváez impactaba dos potentes derechas cruzadas al mentón, llevando al isleño contra las cuerdas. Tras ello, lo desbordó y arremetió duramente con un cross izquierdo a la mejilla, haciéndole dar dos pasos hacia atrás, acusando el recibo. Muy errático, el puertorriqueño había perdido definitivamente la distancia. Y lo sufría. El argentino se ocupó de ello con una nueva izquierda cruzada a la cabeza, para luego salir con sus clásicos movimientos de cintura, que tanto frustran a sus adversarios.
Con suma comodidad transcurrió el séptimo para el local. Con un Seda yendo al frente, pero fallando todo lo que lanzaba, el nacido en Trelew lo frenó con su ascendente zurdo a la mandíbula y su cross diestro al mentón. Anticipando cada acción, colocó un explosivo uno dos a la boca y a la nariz. Así, Narváez era dueño de cada cruce, como sucedió en el siguiente segmento donde conectó su izquierda cruzada al rostro, con “Junito” contra las cuerdas, y luego un perfecto cross zurdo al mentón.
En el noveno, la historia parecía repetirse. Mientras el joven nacido en Ponce, pero juanadino por adopción, sólo acertaba el aire o la guardia rival, el campeón se lo llevó por delante e impactó su izquierda cruzada al rostro. Y con un nuevo y potente cross zurdo sobre el parietal, Narváez lo hizo retroceder considerablemente. Segundos después “El Huracán” lo tuvo sentido producto de dos cruzados al rostro y una explosiva derecha en cross a la mejilla.
El boricua parecía en el décimo no querer más. Los diez años de diferencia no se sentían. Todo lo contrario. El patagónico seguía anticipando, y así impactó a la cabeza con dos cross, zurdo y diestro. Tras ello, dando una suerte de salto, conectó una resonante izquierda cruzada a la mejilla, que volvieron a hacerle dar dos pasos atrás. “Junito” seguía de largo cada vez que soltaba sus golpes, aumentando el festejo de los fanáticos. Y con lucimiento, el chubutense sacó a brillar su mejor boxeo, desbordándolo y lastimándolo con su cross zurdo y gancho diestro al rostro. Tal era la diferencia que el puertorriqueño, cansado, bajaba peligrosamente su cabeza, dejando latente un choque.
El undécimo fue más de lo mismo. Anticipando, el trelewense inició con un cross zurdo al mentón. Desde las tribunas bajaba el “¡Óle! ¡Óle!”, toda vez que el boricua intentaba -sin éxito- acertar sus embates. Esquivando, moviendo la cintura, agachándose y dando pasos laterales, el campeón se sentía cada vez más ganador, al tiempo que sometía con un duro gacho diestro arriba de contragolpe. Tras ello, cuando Seda intentó buscar ángulo inclinándose, recibió otro gancho derecho a la mandíbula. Y sobre el final, el argentino metió una nueva y veloz izquierda cruzada al rostro, que acusó daño en su oponente.
Sólo en el segmento final, Narváez reguló en demasía. Cómodo, bailoteando de lado a lado, y tocando a la mandíbula con su zurda cruzada, se confió y recibió un cross izquierdo al mentón. Buscando el milagro, “Junito” salió a noquear. Guapo, y a pesar de sufrir tenues respuestas en su rostro, conectó su izquierda y derecha cruzadas a la cabeza. Sin embargo, el haberse adjudicado el capítulo sólo serviría para decorar el resultado.
Tras la campana final, llegó el festejo anticipado de los fanáticos que colmaron el Osvaldo Casanova. La decisión de los jurados y la lectura de tarjetas confirmarían la diferencia exhibida, dejando con justicia la corona en casa del campeón, quien, ante uno de los más exigentes rivales, se mostró como un “Huracán” más vigente que nunca.
De esta forma, Narváez, de 35 años, que pesó 51,950 kg., retiene por segunda ocasión la corona que conquistó el pasado 15 de mayo, en el estadio Luna Park de Buenos Aires, cuando derrotó en una cómoda decisión unánime al nicaragüense Everth Briceño, y que defendió por primera vez el 12 de febrero pasado, cuando brindó una verdadera lección de boxeo al superar en otra amplia decisión unánime al mexicano Víctor Zaleta, en Monte Hermoso, y aumenta su marca a 34 victorias (19 KOs), y 2 empates. En tanto Seda, de 25, que registró 52,150 kg., pierde su condición de invicto, y desmejora a 20 triunfos (15 KOs) y 1 derrota.
En el combate de semifondo, el menor de los hermanos del campeón, el invicto chubutense Néstor Narváez (50,700 kg. y 17-0-2-1 sd, 7 KOs) derrotó con comodidad al ecuatoriano Luis “El Gallo” Singo (50,800 kg. y 15-6-2, 5 KOs), por puntos, en fallo unánime, tras diez asaltos, y así conquistó el título latino mosca interino del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
Las tarjetas de los jueces fueron: Jorge Garayo 99-90, Oscar Torres 100-89, y Alberto Pérez Segou 99-90. Para NotiFight.com, la victoria de Narváez fue de 98-91. Vale mencionar que en el cuarto capítulo, el ecuatoriano sufrió el descuento de un punto, por parte del árbitro, Daniel Rodríguez -algo apresurado-, producto de avanzar con la cabeza en punta.
La marcada diferencia física, línea boxística más depurada, y mayor decisión, fueron fundamentales para el chubutense. Dominó gran parte de las acciones, gracias a su trabajo con su gancho de izquierda al cuerpo, y su largo cross derecho al mentón. No obstante, el pequeño ecuatoriano se las ingenió para mantenerse de pie y complicar esporádicamente a su rival, gracias a sus contragolpes en forma de gancho derecho al rostro y al cuerpo, y ocasionales izquierdas cruzadas a la mandíbula. Sin embargo, no fue suficiente. El nacido en Trelew mostró más oficio e incluso llegó a desbordarlo en el sexto, cuando se lo llevó contra una esquina, con una seguidilla, con ambos puños, de dos rectos al rostro, dos cruzados al mentón, y un potente gancho zurdo a la mandíbula. De todas formas, no logró definirlo antes del límite, por lo que debió esperar la lectura de las tarjetas para hacerse del primer cinturón de su carrera.
En un excitante combate complementario, la rafaelina radicada en Trelew, Soledad Matthysse (53,500 kg. y 8-1-1, 1 KO) superó ajustadamente a la por entonces invicta santafesina Daniela “La Bonita” Bermúdez (52,600 kg. y 4-1-2, 1 KO), por puntos, en fallo unánime, tras diez asaltos, y así obtuvo el título latino gallo CMB, que estaba vacante.
Las tarjetas de los jueces fueron: Osvaldo Sequeiros 97-93, Alberto Pérez Segou 96-94, y Oscar Torres 97-93. Para NotiFight.com, el resultado fue 95-95.
Si bien Matthysse prevaleció en los primeros cuatro episodios gracias a su mayor actividad, decisión y justeza de sus golpes, dominando con su cross diestro arriba y un tan prolijo como punzante gancho zurdo al hígado y al rostro, comenzó a fallar sus impactos en el quinto, al tiempo que crecía el accionar de la nacida en Gálvez, Santa Fe. A partir de allí, “La Bonita”, parada de contraataque, conectó los impactos más certeros y, fundamentalmente, más potentes, en especial sus cruzados derechos e izquierdos al rostro, y su recto diestro a la cabeza. Al final, las dos llegaron con todo el esfuerzo que les quedaba, y se sometieron mutuamente a un vertiginoso ritmo en el que ambas golpeaban y eran golpeadas. Tal es así que tras la campana final, los presentes las despidieron con aplausos.
En otros resultados de la noche, en categoría pluma, e l otro hermano del campeón, el también chubutense Mario Narváez (55,900 kg. y 15-16-3, 4 KOs) igualó ante el bonaerense Juan Carlos “Piche Jrs.” Rodríguez (56,100 kg. y 3-3-1, 1 KO), por puntos, en decisión mayoritaria, luego de cuatro rounds.
Las tarjetas de los jueces fueron: Osvaldo Sequeiros 38½-38½, Jorge Garayo 39-39, y Oscar Torres 39½-38½ para Rodríguez.
Finalmente, en división medio pesado, el bonaerense Gabriel “El Pitbull” Ramírez (77,100 kg. y 3-4-1, 1 KO) le quitó el invicto al santafesino Luis “El Lagarto” Luna (76,900 kg. y 5-1, 3 KOs), a quien venció por puntos, en fallo unánime, tras cuatro capítulos.
Las tarjetas de los jueces fueron: Osvaldo Sequeiros 40-37, Alberto Pérez Segou 40-37, y Jorge Garayo 39-38½.
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