Nueva chance internacional para el "Pocho"
por Zunilda Rodríguez
En la esquina de la calle Carlos Gardel de la ciudad de Santa Rosa, la vereda está llena de bicicletas, motos y distintos móviles en los que llega cada púgil a cumplir una jornada más de entrenamiento. En la entrada les da la bienvenida su entrenador, amigo y compañero de actividad. Esto transcurre todas las tardes en la Escuela de Boxeo Roberto Arrieta, es precisamente el Pocho (como todos ahí lo conocen) el técnico y quien maneja la carrera deportiva de la mayoría de ellos.
Además, es quien los interroga por su dieta y quien se preocupa por la situación personal de sus alumnos. Es quien, mientras salta en una soga, dirige la entrada en calor del grupo. Es quien corrige la posición del cuerpo en los más novatos demostrándolo él mismo cuando golpea la bolsa. Es la voz que resuena y grita ¡Tiempo! cuando comienzan los tres minutos de intensa actividad y cuando llega el esperado minuto de descanso. Es el primero en llegar y es quien despide al último mientras él, incansable, sigue entrenando.
Quizá como recompensa a tanto sacrificio y a la dedicación del pampeano fue que la vida, Dios, o quien fuere le regaló una nueva oportunidad de combatir donde todo boxeador sueña llegar, en Las Vegas. Esta fue la tercera vez que sonó el celular de Arrieta para invitarlo a subirse en tan seductor escenario y la tercera es la vencida dicen...
"Arranqué a entrenar el 4 de enero, estaba ilusionado con colgarme otro cinturon, iba a ser en abril o marzo y no pasó nada. Entonces fui reapareciendo como quería. En Catriló tuve éxito con la gente y me sentí bien activo arriba del ring. En eso surgió la propuesta de pelear en Las Vegas nuevamente, no dudé en ningún momento en aceptar. Pregunté con quien y qué peso era (sufrí mucho cuando tuve la eliminatoria de Sudafrica para llegar a los super pluma), me dijeron que ra Robert Guerrero en liviano. Me gustaría pegar el salto en el exterior y se que no me voy a retirar sin antes haber ganado una pelea en el exterior", dijo ilusionado el Pocho, que el próximo día 30 de este mes lo encontrará peleando en lo que será la apertura del gran combate entre Shane Mosley versus Floyd Mayweather.
El campeón sudamericano tuve un traspié el año pasado cuando cayó por puntos ante el sudafricano Cassius Baloyi en el marco de una eliminatoria al título mundial. Al regresar, su ánimo no era el mejor, se captaba su desaliento e inclusive parecía que dejaría el boxeo: "Mi pelea en Sudáfrica era para mi una ilusión muy grande. Me tenía mucha fe y lo había tomado como que era mi última chance. Ahora pienso que no sé cuando será la última. Hoy por hoy no me sorprende nada del boxeo, es más, pensé que no iba a volver a Estados Unidos".
Actualmente Roberto Arrieta se encuentra en Buenos Aires, poniéndose a punto y esperando la partida al país del norte. Como en su propio gimnasio pero quizá con menos presión y más motivado. Si en algún momento pareció doblegarse eso ya es historia. A pesar de sus casi 36 años, en él la combatividad está intacta y la entrega será total como nos tiene acostumbrados. Por eso los pampeanos saben que aquí, sin dudas, el Guerrero es Arrieta y es como él también se siente:
"Pienso llegar al día y jugarme todo como lo hago en cada pelea. Yo desde la niñez la peleé pero creo que las cosas están hechas a medida y forma. Hubiese querido llegar a Las Vegas cuando tenía 26 o 27 años como creo que tiene hoy Guerrero. Va a ser una gran pelea. Me considero inteligente, sigo confiado, no tengo nada que perder a esta altura de mi carrera. Siempre que haya condiciones físicas similares no me voy a entregar, voy a pelear hasta lo último. Me considero un guerrero..."
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